Entrevista a José Fernando Cantalapiedra

. lunes, 23 de junio de 2008




"El Frente Nacional defenderá, sin concesiones, pactos ni ambigüedades, de España, de su soberanía y de su unidad; La lucha sin complejos contra la inmigración masiva y descontrolada y la regeneración moral y cultural de España en sus valores tradicionales y orgullo nacional"

¿Por qué un joven como usted se dedica a la política, máxime en un lugar incómodo?

Son años de actividad política ininterrumpida por una cuestión de compromiso en buscar solución a los innumerables problemas que se plantean en nuestra sociedad.

Creo que no se puede ser crítico con algo si no se pone el empeño y el esfuerzo que cada uno puede aportar para cambiarlo.

El hecho de hacer política desde una posición incomoda supone evidentes inconvenientes en distintos ámbitos, pero la situación de España, que se encuentra ahora en un proceso de desintegración nacional, social y económica de grandes dimensiones, supone para algunos una obligación moral por el legado histórico de los que construyeron esta gran nación.


¿Qué inquietudes personales tiene un hombre como José Fernando Cantalapiedra? ¿Cuáles son sus gustos en literatura, cine, música?

Una de mis grandes aficiones, cuando me lo puedo permitir, es viajar y conocer tanto otros países como distintas regiones y pueblos de España. Me gusta conocer las raíces y la cultura de cada lugar, sus costumbres, su gente y su gastronomía.

Soy muy aficionado al deporte, suelo correr con frecuencia desde hace años y desde que terminé mis estudios sigo jugando en un equipo de fútbol de Antiguos alumnos con los que tengo gran amistad.

Me gusta la literatura histórica, así como la novela, de hecho he aprovechado la Feria del Libro para tener nuevas lecturas. Disfruto del buen cine, lo que desgraciadamente hace ya mucho que brilla por su ausencia en las producciones españolas.


Usted encabeza el nuevo “Frente Nacional”, iniciativa que se endereza a superar el binomio PP-PSOE, ¿cuál es pues la alternativa?

Ambos partidos cuentan con los grandes medios de comunicación, ingentes cantidades de dinero en créditos que nunca llegan a devolver, siendo a grandes rasgos las mismas propuestas que no aportan nada para los problemas que ellos mismos han causado en los últimos años.

El Frente nacional aspira a ser, ni más ni menos, que el altavoz de los problemas del ciudadano de la calle, reivindicar los derechos de estos, porque hoy más que nunca la clase política española vive alejada de forma radical de la realidad social.

Si estos dos partidos no han sido capaces de dar respuesta a las preocupaciones de los españoles como son el paro, la vivienda, el terrorismo o la inmigración, no hace falta darle muchas vueltas al hecho de que tampoco van a hacerlo ahora.
El Frente Nacional es un partido joven y reivindicativo cuyo horizonte es el de conseguir una profunda regeneración política y asumir como propios estos problemas, ya que los miembros del partido los sufrimos de la misma manera que todos los ciudadanos de calle que no vamos de despacho en despacho, es por eso que asumimos como propios el dar una alternativa real a los ciudadanos.


El Frente Nacional se ha presentado con una concentración ante las Escuelas Aguirre, producida como protesta ante el uso de las mismas para el grupo de presión islamista “Casa Árabe” y contra el convenio que regula el uso de las escuelas. ¿Se pliegan las autoridades españolas ante el Islam y los petrodólares?

No podemos tolerar que nos tomen el pelo los individuos que están obligados a servirnos, porque la política no es otra cosa que vocación de servicio a los ciudadanos y nuestros políticos parecen olvidarlo cada vez más. No queremos que las administraciones gasten ni un euro en subvencionar a quienes utilizan la memoria histórica sectariamente para reabrir heridas que creíamos ya superadas, para financiar a culturas que en sus lugares de origen no toleran los principios ni las costumbres de otras civilizaciones, para financiar a instituciones, partidos o asociaciones que fomentan el odio a España, para subvencionar a titiriteros que después utilizan nuestro dinero para insultar a todos los españoles. Queremos, en cambio, que el dinero público se invierta en beneficio de las necesidades cotidianas de los ciudadanos siempre y hasta el último céntimo.

El caso de las Escuelas Aguirre es una muestra más de una política absurda que lleva dándose con la enseñanza del Islam en las escuelas, con las numerosas subvenciones a estos colectivos o con la construcción de decenas de mezquitas a lo largo de nuestro territorio. Alberto Ruiz Gallardón firmó el convenio por el que cedía de forma gratuita y por un período prorrogable de treinta años el uso del emblemático edificio madrileño de las Escuelas Aguirre a la Casa Árabe e Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán.

Esta firma se realizó prácticamente a escondidas, sin informar a los madrileños y sin consultar a nadie. La decisión, personal del alcalde, se tomó en Junta de Gobierno cuando una cesión de estas características debería haber pasado obligatoriamente, según establece la ley, por el Pleno del Ayuntamiento.

Además, las Escuelas Aguirre fueron donadas por vía testamentaria al Ayuntamiento por Lucas Aguirre y Juárez en el siglo XIX para que fuese destinado a la “enseñanza de niños con pocos recursos” y a promover “la dignidad de la mujer española”. Cediéndola a la Casa Árabe, Ruiz Gallardón traiciona de forma evidente la voluntad del donante.

Y si por si fuera poco, el alcalde, previamente, mandó reformar el edificio, de 2.646 metros cuadrados, para entregárselo a la Casa Árabe con todo lujo de comodidades e instalaciones, incluyendo tecnología audiovisual e informática. Para ello, se gastó, del presupuesto del ayuntamiento, es decir, del dinero que nos saca a todos los madrileños de nuestros bolsillos con sus abusivos impuestos municipales, la friolera de más tres millones doscientos mil euros, casi cuatro millones según información publicada recientemente en el diario El País.

En cuanto al islamismo es la consecuencia de la demencial política norteamericana en Oriente Medio. El incondicional apoyo de los Estados Unidos a Israel le ha llevado a enfrentarse con los regímenes árabes laicos de los años 50 del pasado siglo. Nasser en Egipto era un peligro, al igual que Mossadegh en Irán, y sus regímenes laicos fueron combatidos por los Estados Unidos con fanática saña. Arafat era un terrorista y ahora se las tienen que ver con Hamas. Si la Unión Europea se distanciase de la histérica política norteamericana y apoyase en serio la creación de un auténtico estado palestino, si condenase la agresión a Irak y la intervención en Afganistán, el islamismo radical perdería la capacidad de seducción que actualmente tiene entre las masas árabes. El islamismo integrista se nutre de la frustración. Si se atienden algunas de las reivindicaciones lógicas de los árabes, se le restaría munición a los islamistas. Europa está siendo estúpida en su tolerancia con el Islam, cuyo fin es islamizar la sociedad; como saber y conocer historia en España es últimamente casi un “delito” hemos olvidado ya ocho siglos de Reconquista.


Díganos tres ideas que el Frente hace suyas para la España del futuro.

1- La defensa, sin concesiones, pactos ni ambigüedades, de España, de su soberanía y de su unidad. Lucharemos por eliminar el excesivo protagonismo que durante estos años han ido adquiriendo las Comunidades Autónomas en el contexto de la configuración territorial del Estado. Para ello es preciso que éste recupere competencias clave que han sido irresponsablemente transferidas, como Educación, Justicia, Hacienda...

2- La lucha sin complejos contra la inmigración masiva y descontrolada que desde hace años padecemos. Las expulsiones masivas, las restricciones de todo tipo a la entrada de más inmigrantes y al reagrupamiento familiar, la revocación de los permisos de residencia permanentes, la implantación del principio de preferencia nacional y la represión legal pero implacable de la delincuencia tan asociada a este fenómeno migratorio.

3- La regeneración moral y cultural de España. Promover la recuperación de los valores tradicionales, del orgullo nacional y devolver a España a la primera fila en el concierto de las naciones.


El Frente Nacional tiene el apoyo de diversas personalidades y asociaciones, ¿va a instar a alianzas estratégicas con más colectivos?

El Frente Nacional está abierto a todos los españoles, vengan de donde vengan, que compartan nuestra visión y solución a estos problemas de los que hablamos, sabemos la necesidad de unir esfuerzos y por ello trabajamos permanentemente en esta dirección, con partidos, asociaciones, personas, y lo seguiremos haciendo.

Denos una buena razón para apoyar al Frente Nacional.

España está, y no es ninguna exageración, al borde del abismo. La izquierda y los nacionalistas, profundamente antinacionales desde siempre, están efectuando un cambio de régimen solapado que nos conduzca a un modelo que no era el previsto en la constitución de 1978 y lo están haciendo mediante la manipulación de las instituciones, controladas por ellos. Se están saltando permanentemente la legalidad vigente sin que la justicia intervenga para impedirlo.
El Estado de Derecho no existe y el Tribunal Constitucional es el primero que sanciona dócilmente estas tropelías. Podríamos afirmar que estamos asistiendo a un lento pero sostenido golpe de estado institucional.

Y todo esto es posible porque no existe una oposición digna de tal nombre.

El Frente Nacional recaba el apoyo de todos los patriotas para dar una respuesta firme a esta peligrosísima deriva. Hace falta una organización moderna y joven que dé un paso al frente y asuma la responsabilidad de la defensa de España y de la libertad de los españoles.

A esto hay que añadir que ofrecemos una alternativa fresca, actual, preocupada por los problemas reales y cercanos de la gente, nuestro principal objetivo es buscar solución a esos problemas y transformar esta sociedad, porque nosotros mismos estamos entre los implicados .


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